lunes, 19 de marzo de 2007

El valor real de la mujer


¿Cómo es que la mujer ha dejado de valorarse por lo que es?... por cuestiones de moda y estereotipos se ha manejado a la mujer como simplemente un símbolo de belleza, haciendo a un lado lo que se encuentra dentro de ella…

¿Dónde quedan los sentimientos, nuestros pensamientos, lo que soñamos, por lo que luchamos?...

¿Dónde está nuestro valor, nuestro tesoro, ¿Por qué nadie lo toma en serio? ¿Por qué solo importa lo que se ve?. ¿Es que acaso es imposible ver más allá de unas piernas perfectas, una cintura pequeña, una cara bonita?…

¡Que pena que nos tengan en un concepto tan mediocre?, eso dice mucho de los que se hacen opinión sobre la mujer, no se puede ser inteligente para unas cosas y completamente pobres de entendimiento para otras, no puede verse con total claridad un asunto y ser tan invidente cuando de la mujer se trata. Muchos hombres y hasta mujeres prominentes de nuestra sociedad lastimosamente han involucionado respecto al valor real de un ente fuera de serie, inigualable, aunque imitable por muchos; no en vano poseemos más neuronas, aunque en algunos congéneres parezcan ser deficitarias.

Lo hermoso de la mujer es que cada una, con sus características particulares es un ser único, maravilloso, dador de vida, fuente de ternura, de cuidados de amor sin límites y de entrega total.

¿Cómo es posible que todavía hayan personas que opinen que si se valora a la mujer, no es por otra cosa que algo superficial, como si se tratara de un artículo de lujo para los demás. Es imperdonable cómo somos nosotras las que provocamos lo que ellos dicen, se vuelva parte de nuestra realidad.

¿Porqué no ponerle fin?, decir ¡no soy un maniquí!. No existen estereotipos lo suficientemente fuertes para no ser derrumbados por nuestras creencias.

Somos más las que creemos que no hace falta una cara bonita, un cuerpo perfecto para sobresalir, que no hace falta vestir de marca ni usar un perfume caro, somos más las que creemos que las mujeres valemos por lo que somos capaces de hacer, de construir aquello que nadie se atreve, por miedo a derrumbar esos estereotipos ridículos que denigran nuestra identidad.

El valor de la mujer no es un lindo vestido, tampoco unos zapatos, no es un maquillaje, ni un corte de cabello, no son unos lentes o una nariz perfecta, ni si nos negamos a que lo sea...

Somos grandes por lo que pensamos, por cómo actuamos, cómo sentimos y no por lo que ellos dicen... nos han creado un falso concepto de nuestro verdadero valor... hagamos conciencia, somos más valiosas de lo que la sociedad nos suele catalogar, empecemos cada una a hacer de nuestro género una clase aparte, que se distinga por sus aspectos positivos, permitiéndole alcanzar la estatura del cielo.

No hay comentarios: